jueves, 29 de mayo de 2008

Las Modestas Irrupciones de Herbert (sobre Leonardo de León)

"Fascinado por su verdad, y alejado aún de sus próximos y diminutos pensamientos, el escritor, que jamás descansa, recrea en cada uno de los símbolos sus más profundos sentimientos. Él escribe para los demás, y ningún otro: su forzosa tarea se podría describir como la de un traductor de sueños y pesadillas; como un simple hombre, que, en las soledades más indescriptibles, trata de descifrar una criptografía infinita.
El trabajo es arduo y muchas veces insoportable. El tiempo, que en su más acertada alegoría incluso falla, coincide con el anhelo del hombre que busca transformar cada uno de sus torpes movimientos en arquetipos de lo eterno. El lugar es muchas veces hostil, no existen recompensas, y nadie aún entiende el motivo de su presencia. Quizás sea el mañana, y quizás también el hoy: sombras del amor que atraparemos en silencio para usted."
Detrás de Herbert existe un verdadero escritor, que se escapa de él intentando simular sus sentimientos. La simulación proclama literatura, y parece que ese lugar, es el vacío de algo todavía más profundo. Un diálogo puede servirle para escaparse de una mala noche, pero estas irrupciones parecen la venganza de Leonardo de León sobre él mismo. Es Macedonio Fernández también, que advierte que la escritura no es más que una venganza por todo lo que hemos leído. ¿Querrá Herbert acabar con Leonardo? Yo creo que sí, y acabarlo desde el lugar más justo: desde la sentencia.
El hecho artístico no debe confundirse con la obligatoriedad literaria, pero sí es justo advertir que, cuando la inspiración interviene en cada uno de nosotros, es el compromiso del escritor el estar allí, en el momento de atrapar esas leves sombras.
No hay peor culpa ni remordimiento de aquél que intenta e intenta –y fracasa insistentemente- y nada consigue; nada lo salva. Hebert, que no es más que otra invención, estimula ese camino, en pos de salvar a un escritor. Es en ese camino, tan amplio e indefinido, donde se esconde la indivisible obra de una joven promesa literaria del Uruguay.
J.A

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tanto. Es realmente encantador leer el blog.
Maga

Leonardo de León dijo...

Che, te quedó bien esto. ¿Qué te puedo decir que ya no sepas?
Muchas gracias...